THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

lunes, 24 de julio de 2017

Requiem por una heroina romántica





Enterrar la propia leyenda interna no es tan fácil.
Son lustros de trabajo. De sueños estériles acumulados.
Esa heroina romántica que un día emergió y que se conforma con nada porque nunca la realidad le fue bien. Ella donde se desenvolvía a sus anchas era en el mundo de las ilusiones.
Aún quedan los poemas. Sean del signo que sean son suyos. Es su territorio más querido.
Pero incluso en ellos asoma la sombra de la nueva persona.
Quizás está cayendo la máscara. Tan adherida como estaba a la piel que parecía ya melanina propia.
Vendrán otros tiempos y nunca más se sabrá de su estandarte.
Llega un momento en la vida en que para vivirla con cierta dignidad es imprescindible comprender la honorabilidad de la renuncia. De la despedida.
Todo conocimiento es lucha con algo extraño, dice María Zambrano.
Que hermosa y renovadora la larga tormenta de ayer, ese repiqueteo de tejados y conciencia que se acaba de limpiar con la luna nueva.
Dormir tras la lluvia es nacer a un nuevo día con el pecho vaciado de carga.
Qué pequeña es la vida en el fondo y cómo se abulta, Dios mío.
A poco que podemos nos agarramos a la grandeza propia y ajena, cuando en verdad la respiración tras la lluvia tiene mucho más sentido.
Además por qué siempre un por qué. Un cómo mejor.
¿Cómo has llegado hasta hoy? Es una larga historia, pero voy a tratar de resumirla.
A golpes de suerte, a golpes de golpes y a golpes de caricias y refugios ajenos.
Las manos amigas, las manos de mi madre y las manos de la inmensidad que a veces me han acogido.
Por lo demás, es todo mucho más fútil que una simple palabra.
Seamos más empáticos, a ser posible con simpatía.
Seamos más compasivos, incluso con nosotros mismos.
Verse en el otro, en la otra, darse ese espacio ayuda.
Acoger nuestro pequeño dolor como dolor humano.
Irse yendo de a poco, de día a día, sin hacer ruido, viviendo las cercanías.
Tocar así lo efímero y ser sin más.
Adiós, heroina romántica.
Gracias por lo que me diste.
Gracias por lo que me quitaste.
Adiós, gracias y hasta siempre.

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